El ITAM en aquellos tiempos me dio el temple y las herramientas necesarias para desenvolverme en mi vida laboral.
Hace ya algún tiempo estudié la carrera de Derecho y nunca cruzó por mi mente que 29 años después andaría por ahí un hijo mío estudiando Economía.
El ITAM en aquellos tiempos me dio el temple y las herramientas necesarias para desenvolverme en mi vida laboral. Hoy recuerdo, al escuchar a mi hijo, todas las grandes aventuras: estudiar para los exámenes de ideas, problemas, los famosos departamentales de Economía que todos salíamos sin saber cómo nos había ido realmente, salir y comer en los patios improvisados como pequeños restaurantes en las casas de los vecinos de alrededor. El día de hoy ya hay verdaderos restaurantes puestos en forma.
Hace un par de años tuve la oportunidad de estar de regreso en el ITAM, compartí con alumnos de derecho mi experiencia como legisladora y pasé un gran momento con ellos, quienes a pesar de la hora (2:00 pm) estaban realmente interesados haciendo mil preguntas. Me tocó estar del otro lado del escritorio y recordé esa sed por saber y aprender. También el ITAM me brindó la satisfacción no solo de haber sido maestra en un par de ocasiones, sino también haber sido sinodal en un examen profesional para licenciado en Derecho.
¡Los vínculos que uno hace con profesores y alumnos son para siempre! En el último año he tenido la oportunidad de ser miembro fundador de CAEITAM (Colegio de Abogados Egresados del ITAM) un proyecto impulsado por exalumnos egresados de la carrera de derecho, un espacio de reencuentro y colaboración.
En fin, tengo tanto que agradecer a esta institución que ya forma parte de mí.