Hay algunos instantes que quedan marcados para toda la vida. Elisa, Erick, Mauricio y yo veníamos del INHUMYC, y nos inscribimos juntos al ITAM donde a tres de nosotros nos asignaron las matrículas 21223, 21224, y 21225. Nuestra burbuja explotó cuando nos separaron en 2 grupos para la clase de Física y empezamos a conocer al resto de nuestra generación. Ese día en el tercer piso del edificio principal uno de mis amigos nos presentó a Maricarmen y Mayra, que venían del Instituto Cultural.

Poco a poco conocimos más gente, pasaron los meses y los años y terminamos con un grupo de amigos sumamente integrado y dedicado. Con ellos pasé 5 años de interminables horas de trabajo, lecturas de Ideas, y de maratones programando en la VAX (dinosaurio con procesamiento de cómputo). Pero era mucho más que eso, también fueron 5 años de dominó, de risa, de torneos de tochito, basket, volley o futbol, y cuando había oportunidad, de escapadas a las quesadillas del Ajusco.

El trabajo en equipo fue una constante durante nuestra carrera, y la matrícula 21198 se convirtió en mi compañera inseparable e indispensable desde el segundo semestre hasta que nos separamos para nuestras tesis: la suya en inteligencia artificial y sistemas expertos, y la mía en bases de datos distribuidas.

26 años después de habernos conocido en ese pasillo, Maricarmen (con matrícula 21198) sigue siendo mi compañera de equipo y es con quien comparto mi vida y la de nuestros hijos. Mis 3 compañeros de la prepa, aunque unos en el extranjero y otros en México, continuamos siendo grandes amigos y compartiendo experiencias. Las milanesas de Jovita siguen siendo mis favoritas cada que voy a mi Universidad, pues el ITAM sigue y seguirá siendo parte de mi vida. La oportunidad de ahora contribuir en el EPIC LAB me ha reunido con maestros, amigos entrañables, Consejeros que admiro y jóvenes con los que estoy viviendo una etapa maravillosa en la que puedo compartir mi pasión por emprender.